A medida que nos acercamos a Altea en coche, el casco antiguo aparece contra el fondo monumental de la Sierra Bernia.
El casco antiguo está situado sobre una colina y se caracteriza por las singulares cúpulas de azulejos azules y blancos de la iglesia parroquial, dedicada a la Virgen del Consuelo. Desde la plaza de esta iglesia se puede contemplar toda la comarca.
Desde allí, callejuelas empedradas y escalonadas descienden entre las preciosas casas blancas que caracterizan a Altea. Hay varios miradores a lo largo del camino y encontraremos innumerables talleres de artistas, tiendas de artesanía y agradables plazas.
El ambiente es bohemio y relajado, propio de pueblos costeros con un clima agradable. Buena gastronomía, restaurantes elegantes, pubs de moda, patios decorados con flores y azoteas con encanto... ¡Altea es romántica e inolvidable!
Al pie de la colina, en el 'nuevo' centro de Altea, se encuentra la calle comercial y el puerto donde se desarrolla una gran actividad pesquera. A lo largo de la costa de la ciudad se extiende un gran paseo marítimo, un bulevar ancho y llano con una gran oferta de establecimientos de restauración y comercios. Existe una sorprendente variedad de restaurantes, desde cocina mediterránea y española, pasando por platos de varios países europeos, hasta restaurantes especializados en deliciosos platos asiáticos. Terrazas y bares de copas tienen algo para todos los gustos, desde el chill out más refinado hasta el cálido ritmo caribeño.
En Altea destacan dos fiestas: los fuegos artificiales del Castell de L'Olla (agosto) y los de Moros y Cristianos (finales de septiembre).
Nuestra oferta completa en Altea: