La estratégica posición geográfica de Alicante ha propiciado durante siglos el asentamiento de las civilizaciones más importantes del Mediterráneo. Fenicios, griegos, romanos y posteriormente árabes llegaron a esta costa en busca de nuevas rutas comerciales y contribuyeron con su cultura a moldear el carácter de la ciudad.
La localidad y el puerto están dominados por el monte Benacantil, un gran promontorio rocoso en cuya cima se alza la fortaleza de Santa Bárbara. El castillo es de origen árabe y muestra huellas de todos los pueblos que pasaron por la ciudad, aunque gran parte de la construcción actual data del siglo XVI. Desde lo alto de las murallas se puede observar toda la ciudad, mientras al mismo tiempo se disfruta de una impresionante vista panorámica de la franja costera y del interior.
A los pies de esta fortaleza se desarrolló la antigua ciudad amurallada. Uno de los edificios que más llama la atención en el entramado de calles estrechas es la iglesia gótica de Santa María (siglo XVI), construida sobre una antigua mezquita árabe.
El litoral es sin duda el lugar favorito de los alicantinos para relajarse, incluida la Explanada de España, un animado bulevar salpicado de terrazas, y la playa urbana de El Postiguet, el lugar ideal para disfrutar del mar y del sol.
Alicante es también una ciudad de tradiciones muy arraigadas, como la Fiesta de los Moros y Cristianos y la Noche de San Juan. Este último tiene como protagonistas las hogueras en las que se queman los ninots. Se trata de muñecos de papel maché que días antes se exhibieron en las calles de la capital.
Pero la visita quedaría incompleta si no probaras los deliciosos arroces que se preparan en estas comarcas de múltiples y originales formas: arroz a banda (arroz con pescado), arroz negro (con calamares), arroz frito, etc. pescados y mariscos. De postre, nada mejor que pan de higo (pasta de higos secos), turrón (dulce elaborado a base de almendras tostadas, miel y azúcar) y helado de Jijona. Estas comidas pueden acompañarse de vinos con Denominación de Origen Alicante, entre ellos el Fondillón, un vino añejo de licor muy apreciado como vino de postre.
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